lunes, 1 de marzo de 2010

Leopoldo Sánchez Torre


... la poesía no puede dar vueltas sobre sí misma y repetirse sin cesar y sin sonrojo; si queremos decir - si queremos, por ejemplo, decir de amor, después de siglos de tradición petrarquista - no debemos hacerlo ya sin la distancia irónica, sin la perspectiva esquinada, sin el asedio a los márgenes. Hablemos del amor en los tiempos del crédito, hagamos cuentas con las hipotecas del amor ("el precio de un pedazo de vida / que unos tienen / y otros no"), sencillamente: crudamente.
Elogio de la dispersión, en Animales interiores de Sofía Castañón

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