sábado, 12 de junio de 2010

Café Puerto Rico


Los putos montajes fragmentados de las películas independientes y la estructura del videoclip nos han cambiado la percepción. Piensa también en la fotografía: las exposiciones fotográficas, las campañas publicitarias, las portadas de periódicos y revistas. La página principal de tu web preferida. Después, siéntate a tomar un café en una cafetería. Mira por la ventana. Tu percepción del movimiento ha cambiado. No tienes habilidad para secuenciar tu atención. Vas de las ramas que mueve el viento, al tráfico inquieto, al transeúnte con prisa, a la señora que se asoma al balcón. Vas prestándoles atención a sacudidas, en fracciones, a un ritmo pixelado y descompuesto. Cuando terminas, no te acuerdas de nada. Solo guardas un eco entrópico e inconsciente sin certezas viscerales. Tampoco racionales. Solo pura y reveladora estética. Y lo peor de todo esto es que gracias al cine americano y a la industria musical, tampoco eres capaz de compartir esos pensamientos con nadie más. Solo con el vórtice silencioso de la red virtual, así que tecleas mientras bebes café, miras por la ventana y piensas en cómo serás capaz de descargarte la película de Omar Rodríguez López.

No hay comentarios:

Publicar un comentario